miércoles, 18 de abril de 2007
UN VERDADERO AMIGO
En una ciudad, de un país desconocido, había un joven que nadie lo escuchaba, su nombre era Carlos, no tenía amigos y sus padres no le prestaban atención. Se sentía solo, abandonado, y nadie quería jugar con él.
En uno de esos días en que Carlos caminaba por la calle -ya que en su casa no le prestaban atención-, se encontró con un joven de la calle, éste muy pronto se hizo amigo de Carlos, ya que éste sí lo escuchaba. Pero había un inconveniente, Carlos era muy educado, pero su nuevo amigo, como siempre andaba en la calle, no lo era tanto. Roberto, -su nuevo amigo- hablaba de una manera muy diferente, de aquellas que a los padres no les gusta, se pueden imaginar cómo.
Al poco tiempo de esa amistad, comenzó a notarse en Carlos una forma de vestir, un lenguaje y unas notas muy distintas. Esto fue muy preocupante para sus padres, ya que notaron después de un breve tiempo, los cambios de personalidad en su hijo Carlos. Le preguntaban que le pasaba y por que había cambiado tanto, pero él ya más rebelde no les respondía y se iba dejando a su padre sorprendido.
Cada día iba aprendiendo más de Roberto y éste, le presentaba más y más amigos como él. Estos también le enseñaban de sus malas costumbres, es más ellos condujeron a Carlos a las drogas….. aunque él se resistía en un principio a fumar, sus amigos le insistían, y como eran sus únicos amigos, les hacia caso, pues con ellos se sentía bien.
En uno de esos días en que Carlos estaba con sus amigos, sentados en la calle con facha de atorrantes, pasan los padres de Carlos, al verlo se impresionaron y corrieron hacia él llamándole la atención, …! Carlos…que haces aquí!… en la calle! si debes estar en el colegio!.... –Carlos respondió muy pasivo – “ …aquí me he conseguido los mejores amigos … amigos que me prestan atención, no como en mi casa que nadie quiere escucharme …” y diciendo esto, se fue dejando a sus padres desconcertados.
Después de aquel encuentro y al llegar a casa, los padres tristes y preocupados, no solo de lo que habían escuchado, sino que también, por los días que habría faltado al colegio, que notas tendrá y que hacía con sus nuevos amigos.
Ellos se habían extrañado y no entendían por qué Carlos, que era un niño muy educado, llegaba a la casa con ropas tan de la calle y no con las camisas que siempre se ponía.y después de ese encuentro se dieron cuenta de varias cosas. Ellos no sabían que hacer, retarlo no serviría de nada, Carlos no los escucharía, y recordaron lo que les había dicho en la calle, y se dieron cuenta que tenía toda la razón. Ellos, -sus padres- nunca escucharon a Carlos como se debe escuchar a un hijo, y por eso que andaba en la calle, vagando con sus amigos, que no le ayudaban mucho, que le hacían más mal que bien, al influenciarlo de mala manera.
Al día siguiente, mientras Carlos daba sus rutinarios paseos de vagancia por las calles con sus “amigos”, sus padres, tratando de buscar una solución, pensaron que lo mejor, sería terminar el año escolar e irse de vacaciones en familia sin sus “amigos”. Pensaron que allí podrían estar más tiempo con él, y solucionar el problema que los tenía tan agobiados y preocupados, sin la necesidad de recurrir a un psicólogo.
Más tarde, en la noche, cuando llego Carlos, sus padres le plantearon la idea, éste, con una cara de no querer ni escuchar siquiera, -a pesar de que en su interior, realmente lo deseaba-, dijo que no al principio, pero más tarde acepto, cuya decisión causo mucha alegría a sus padres.
Al día antes de viajar, Carlos ya tenía sus maletas listas y se fue a despedir de sus “amigos”, al llegar donde ellos siempre se juntaban, les contó que por 3 mes se iba a ir de vacaciones con su familia, “sus amigos” se rieron de él, diciéndole que, ¡cómo podía irse de vacaciones con su familia, como podía ser tan cabro chico para irse con su papá y mamá!.
Carlos, les dijo que no le importaba ser cabro chico, por que él quería estar con su familia compartiendo todos juntos, también les dijo que al menos sus padres si se preocupaban por él, y diciendo esto, sus amigos se fueron indignados; a pesar que se sintió mal por decirle eso a sus amigos, pensó que a veces había que hacer sacrificios para mejorar la vida, y así Carlos volvió a su casa, un poco más tranquilo.
Al día siguiente él y sus padres emprendieron el viaje hacia unas largas y felices vacaciones. Al cabo de 3 meses de vacaciones en familia, Carlos volvió a su casa, y mientras iba en el viaje se acordó de sus amigos, pero no con el mismo afecto que sentía antes por ellos, ya que la comprensión, cariño y amor que le dieron sus padres, lo hizo pensar que ya no los necesitaba como antes, además que sus amigos no lo llevaban por el buen camino. Al llegar a la ciudad donde él vivía, vio a sus amigos que lo esperaban en la puerta de su casa, pero encontró algo extraño en ellos, no andaban con sus ropas de calle, rotas y sucias, sino, que con camisas como con las que el andaba un tiempo atrás. Ellos le explicaron, que con lo que le dijo hace un poco más 3 meses, les hizo pensar y reflexionar acerca de su actitud con ellos mismos, con su familia y amigos y les hizo ver, lo mal que estaban y ya hace dos meses se habían reintegrado al colegio haciendo nuevas amistades quienes los ayudaron en los estudios llegando a pertenecer a los mejores del curso.
Sabiendo esta magnifica noticia que alegró mucho a Carlos y a sus padres, ellos decidieron que lo mejor sería, darles un premio a todos por haber cambiado de actitud por sus amigos y familia.
Después de esta bella escena y con el paso del tiempo, los demás compañeros de Carlos se dieron cuenta de lo mal que se habían comportado con él al no prestarle la atención que se merece y que por ese motivo, Carlos casi se pierde por el mal camino de las drogas y delincuencia, decidieron empezar a escucharlo e incluirlo en las actividades que realizaban como curso.
Calberto, como lo empezaron a llamar sus nuevos amigos, quizás quien sabe por qué, aprendió que uno, si quiere tener compañía y alguien que lo escuche, debe buscar a esos amigos que lo llevan por el buen camino, que hay muchos, y no esos que los llevan a las drogas o a la delincuencia.
Moraleja:
Uno siempre se debe guiar por los caminos buenos, aquellos caminos que te llevan a ser mejor en esta vida, y a aquellos que solo te llevan los verdaderos amigos y familiares, si alguien no te quiere escuchar, trata de hablar con esta persona hasta que te escuche y no te rindas, con la perseverancia tendrás los mejores resultados.
“ PARA ESO ESTAN LOS AMIGOS, PARA ESO ESTAN LOS FAMILIARES
PARA QUE TE ESCUCHEN……”
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1 comentario:
He leído de pé a pá todo el cuento, y tengo que decir que... ¡¡me ha encantado!! Muy bien entendible, leíble tanto para jóvenes como para mayores, y sobre todo muy educativo. Enhorabuena :)
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